Trastornos del sueño

¿Qué es el sueño?

Es un proceso fisiológico, necesario para reponer las energías gastadas durante el día y preparar las condiciones apropiadas para enfrentar los retos del día siguiente. Dormir adecuadamente es una condición necesaria para tener un día pleno.

Dependiendo de la etapa en la que nos encontremos, se pueden presentar cambios que nos permiten determinar en qué estadío del sueño se encuentra la persona, se conocen fundamentalmente dos tipos de sueño, el no REM (del inglés, movimientos oculares rápidos) y el REM, los cuales se intercalan en el transcurso de la noche, correspondiéndole un 75% al no REM y un 25% al REM, a medida que vamos envejeciendo estos patrones se van modificando y es frecuente que aparezcan los trastornos del sueño.

¿Cuántas horas debo dormir?

Los procesos fisiológicos de descanso y reparación son diferentes según los períodos evolutivos de cada individuo y aún entre individuos de la misma edad es posible que se presenten diferencias, es así como los neonatos tienen periodos de sueño cortos, pero muy frecuentes, al llegar a la edad adulta dormimos alrededor de 8 horas por día, estos tiempos no se aplican para todas las poblaciones, ya que existen personas que se sienten descansadas con menos de 6 horas, así como otros que requieren más de 10 horas por día.

¿Qué pasa si no duermo bien?

Cuando se presentan alteraciones en el dormir es frecuente que durante el día siguiente se presenten dificultades en la atención, nos cuesta más percibir y guardar nueva información, sufrimos olvidos frecuentes y en condiciones extremas pueden presentarse accidentes laborales cuando realizamos actividades que requieren de todos nuestros sentidos (como cuando conducimos o realizamos alguna labor que implique riesgo).

¿Cómo pueden presentarse los trastornos del sueño?

Según la manifestación principal los trastornos del sueño se pueden clasificar de acuerdo a la cantidad del sueño (en exceso se llama hipersomnia, por déficit se llama insomnio), a la secuenciación del sueño (alteraciones en el ciclo sueño-vigilia) y parasomnias, que son trastornos que se presentan durante el sueño como son las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo.

¿Todos estos trastornos me afectan igual?

Dependiendo de la intensidad del trastorno y del tipo de este, puedo tener alteraciones severas en mi salud; aquí es importante mencionar el síndrome de apneas de sueño, en este síndrome la persona ronca durante toda la noche por alteraciones en la respiración, no se alcanzan niveles profundos de sueño, hay múltiples despertares (muchos de ellos no conscientes), lo que hace que el sueño no sea reparador y al día siguiente el paciente presente somnolencia, así mismo durante estos episodios en los que no se alcanza una respiración adecuada se producen cambios a nivel circulatorio, bajas en la presión del oxígeno sanguíneo, aumento de la tensión arterial y otros trastornos en el organismo que nos pueden poner en riesgo de infartos del cerebro, del corazón, hipertensión de difícil control. Las personas con insomnio frecuente presentan sensación de cansancio, pérdida de atención, alteraciones de memoria y cambios en el ánimo que pueden afectar sus actividades laborales y cotidianas.

¿Cuáles son los trastornos más frecuentes?

Se presentan de manera diferente según la edad y el sexo, en los niños son frecuentes las parasomnias (terrores nocturnos, sonambulismo) en la adultez temprana y en mujeres es frecuente el insomnio, a medida que envejecemos se hace más frecuente el síndrome de apnea del sueño, siendo este más prevalente en hombres. Existen condiciones especiales en la mujer como son el embarazo y la menopausia en los que se pueden aumentar las dificultades para tener un buen dormir.

¿Cómo saber si tengo insomnio?

Conocemos el insomnio como la dificultad que tiene una persona para iniciar, o para mantener el sueño, durante tres días a la semana y por lo menos durante un mes, las cuales producen manifestaciones como cansancio, falta de concentración,  irritabilidad. Pueden presentarse alteraciones transitorias de menor duración que no necesariamente corresponden a un insomnio propiamente dicho, y que se resuelven sin la necesidad de intervención farmacológica.

En la vida normal de una persona pueden presentarse condiciones que determinen un mal dormir y que podemos identificar sin necesidad de recurrir al médico, la presencia de ruidos, una cama no confortable, temperaturas extremas (frío o calor extremo), irregularidad en la hora de acostarse, comidas que causan indigestión, consumo de sustancias que produzcan excitación, cigarrillo o alcohol pueden hacer que tengamos noches con sueño no reparador.

Los trastornos del sueño pueden ser la primera queja en las personas depresivas, con alteraciones emocionales, estrés, al identificarlos y manejar el trastorno de base se mejora el trastorno del sueño.

¿Qué otras condiciones determinan que duerma mal?

Una gran cantidad de conductas inapropiadas pueden determinar que NO pueda conciliar el sueño, entre las más frecuentes están el ir a la cama a realizar actividades que no facilitan el sueño, como ver televisión, escuchar radio, realizar actividad física antes de acostarse, consumir comidas copiosas, realizar  actividades en horas en las que habitualmente estamos dormidos, los viajes con diferencias horarias importantes (trastorno conocido como jet-lag).

¿Qué puedo hacer para dormir mejor?

Ante los primeros síntomas de insomnio debemos tratar de identificar si existen condiciones que podamos modificar o adaptar y así regularizar el patrón de sueño, existen recomendaciones ampliamente conocidas como “higiene del sueño”,  que si se cumplen de manera adecuada nos permiten la mayoría de las veces volver a nuestro ciclo normal de sueño.

  1. Cumpla rutinas para irse a dormir, ojalá a la misma hora todos los días.

  2. El cuarto debe ser cómodo y alejado de interferencias externas.

  3. Evite actividad física antes de acostarse.

  4. Evite el consumo de alcohol y cigarrillo.

  5. Evite las comidas copiosas 2 horas antes de acostarse.

  6. Si no puede dormir levántese, realice alguna rutina de lectura o relajante durante 20 minutos y vuelva a acostarse.

  7. Mantenga la habitación a oscuras y sin ruidos.

  8. Acuéstese cuando esté relajado, evite ir a la cama llevando las preocupaciones del día.

  9. Si ha tenido una mala noche, evite acostarse durante el día, le va a ser difícil conciliar el sueño si ha dormido durante el día, a no ser que esté acostumbrado a tomar siestas.

  10. Evite automedicarse.

Si al seguir estos consejos no se recupera el ciclo normal de sueño será necesario evaluación médica en busca de alguna condición de enfermedad, consumo de medicamentos u otras alteraciones de índole emocional que ameriten manejo especializado.

¿Es malo que duerma demasiado?

Como mencionábamos previamente hay personas que requieren mayor cantidad de horas de  sueño para sentirse descansadas durante el día, pero bajo ciertas circunstancias, cuando hay cambio en el patrón habitual de sueño, lo primero que tenemos que evaluar es si hubo falta de sueño en la noche anterior, determinar si el sueño fue continuo y que tan profundo llegó a ser este. Una vez descartadas estas situaciones debemos preguntarnos si existe alguna condición médica debilitante (hipotiroidismo, anemia, efecto adverso a medicamentos), o si se trata de un síndrome de apnea del sueño, este trastorno se presenta con frecuencia en pacientes obesos, con tendencia a la hipertensión arterial y la diabetes, condiciones estas que pueden empeorar si no se corrige el trastorno del sueño. Habitualmente hay queja de su compañero de dormitorio porque ronca toda la noche, pero este sueño no es reparador, hay múltiples despertares que no son percibidos por el paciente, se presentan además alteraciones en los ciclos respiratorios porque se pierde el tono de la musculatura de la faringe y se produce obstrucción al paso del aire y aparece el ronquido; secundariamente se pueden presentar alteraciones en la oxigenación sanguínea que puede precipitar cambios en la presión arterial y facilitar complicaciones como el infarto cardíaco y cerebral. Esta es una condición que amerita consulta y manejo apropiado por parte del especialista en sueño.

¿Los niños pueden sufrir de trastornos del sueño?

Durante la infancia es frecuente que los padres lleven a sus hijos a consulta porque presentan actividad motora, o porque se despiertan con sensación de temor durante el sueño, entre las más frecuentes está el sonambulismo, este se manifiesta porque el paciente se levanta de la cama, realiza actividades motoras como subir y bajar escalas, que bajo ciertas condiciones de riesgo (escaleras, ventanas, obstáculos en el piso) pueden facilitar la presencia de accidentes. Otra condición frecuente en la infancia son las pesadillas, estas tienden a presentarse al final de la noche, que es el momento en que tenemos sueños más intensos, habitualmente están relacionados con situaciones familiares estresantes, sucesos traumáticos como la pérdida de un ser querido. Estos trastornos suelen ser transitorios y generalmente no ameritan tratamiento farmacológico.

¿Cómo se afecta el sueño en el embarazo?

Durante el embarazo es frecuente que se presenten alteraciones del sueño, no solo por los cambios hormonales sino también por efecto directo del útero que puede causar dificultad para acomodarse en la cama, es frecuente encontrar manifestaciones físicas como sensación de calambres, náuseas, acidez, percepción de movimientos del feto, alteraciones emocionales, depresión, estrés, que pueden afectar el ciclo de sueño. Existen algunas recomendaciones que pueden ayudar a mejorar el sueño durante el embarazo, estas son:

  1. Trate de dormir sobre el costado izquierdo, dormir sobre el lado derecho puede comprometer el flujo sanguíneo al feto.

  2. Consuma líquidos abundantes durante el día, en la tarde disminúyalos para evitar ir al baño durante la noche.

  3. Realice actividad física frecuente.

  4. Evite las comidas copiosas.

Luego del nacimiento del bebé es frecuente que se encuentren interrupciones en el sueño ya que es necesario  alimentarlo, cambiarle frecuentemente el pañal y atenderlo en caso de llanto, para mejorar estas condiciones la madre debe tratar de dormir mientras el bebé lo hace, compartir con el padre algunas labores como cambio de pañales y suministro de alimentos cuando la madre no lo amamante.

¿Cómo se manejan los trastornos del sueño?

El manejo de los trastornos del sueño debe ser individualizado, se debe tratar de identificar el factor precipitante y tratar de modificarlo, inicialmente se dan indicaciones acerca de higiene del sueño (ver higiene del sueño), si con estas indicaciones no hay mejoría es de utilidad la sicoterapia, si a pesar de estas medidas no se duerme mejor debe buscar ayuda médica. En los pacientes con hipersomnolencia es importante evitar circunstancias que impliquen riesgo al paciente o a las personas que lo rodean ya que son frecuentes los accidentes, ante la sospecha de apneas del sueño se recomienda consulta temprana y evaluación por neurólogo.

El uso de medicamentos debe estar dirigido estrictamente por el médico tratante, se debe evitar a toda costa la automedicación, o el uso de medicamentos con potencial de crear adicción, en caso tal de ser necesarios deben usarse durante el menor tiempo posible.

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